domingo, 17 de abril de 2011

Rouse, Capitulo 4: El concejo

Por fin llegaron a Überleben. Aparecieron en la cima de una colina, donde todos los Warpers registrados abrían sus portales para no molestar a los habitantes de la ciudad. Todas las salidas y las entradas se registran en una pequeña gaceta donde opera un telepata de tiempo parcial, osea que solo puede leer lo que piensa en el momento. Pasaron la gaceta y el guardia hablo.
— Xavier Adler... El concejo quiere hablar con usted sobre su salida.
— Ellos estaban informados acerca de eso.
— No es exactamente si salieron o no el motivo de su llamado — el viejo parecía saber más de lo que decía.
— ¿Qué quieren, Solem?
Aparentemente es por el alboroto que formó en la base militar, señor.
... Entiendo. No me sorprende. Bueno Solem, gracias. Nos vemos después.
Hasta entonces, señor. Mis saludos a su madre — la conversación llevo uno escaso segundo.
— Carmen ¿Podrías llevar a Elena al hospital?
— Si, claro.
— Yo la acompaño — dijo Albert —. La cargaré por ti.
Él tomó a Elena y se dirigieron al Hospital, en la parte este de la ciudad. Xavier caminaba junto a Travis a través de la avenida principal que la atravesaba. Solo les tomo unos veinte minutos en atravesarla. El lugar a donde se dirigían era muy parecida a la Casa Blanca, solo que esta era color mármol y mucho más pequeña que la original. Tardaron un poco en subir las escaleras que daban a le entrada de la Central, como le decían los lugareños.
— Travis, espérame aquí. Esto no tardará mucho — le dijo Xavier mientras entraba al lugar donde El  Concejo atendía las inquietudes de los de la ciudad.
Como siempre, ese lugar era oscuro, con una única luz en el centro donde había un estrado.
— Vaya, vaya. Miren quien volvió — una voz rasposa y cansada salió de la oscuridad. Adelbert Engels, una basura Física Clase A que pretende ser superior a mí.
— Por lo menos volví en una pieza, Adelbert.
— ¡Cuanta insolencia, muchacho!
— No es insolencia, es la verdad.
— Xavier, compórtate. Esto no es la escuela — esta vez fue femenina. Era la única integrante femenina en el Concejo, Caroline Adler. Una mental Clase SS muy poderosa.
— No me digas que estas con ellos, madre. Sabes tan bien como todos los demás que están en esta habitación lo que pasaría si descubren como funciona la habilidad de Elena.
— Estamos consciente de eso, Xavier esta voz... sin duda es él, Dustin Adlige. Uno de las dos personas Clase SS+ que puede usar sus habilidades con métodos tanto físicos como mentales. Xavier sentía una gran admiración por él. Pero no por eso lo trataría diferente —. Estábamos esperando el momento indicado para rescatarla y con los pasos indicados.
— ¿En serio? Porque cuando yo llegué ellos ya tenían una muy buena parte de la información. Si no fuera por mí, ellos hubieran descubierto el funcionamiento.
— ¿Cuánto tiempo duraste en llegar al lugar, y cuánto tiempo te demoraste en darte cuenta del secuestro de Elena?
— Me enteré del secuestro de Elena diez horas después. Inmediatamente entre en acción. Me tomó menos de dos horas organizar el grupo de rescate y llegar a la base. Incluyendo el tiempo que me tomo analizar la situación y ejecutar el plan, todo en total da catorce horas.
— Vaya, los humanos están mejorando y aprendiendo de sus errores — una última voz salió, esta vez era un niño . Normalmente se hubieran tardado una semana cuando menos.
— Ese no es problema principal, Viktor. Si lograron sacar toda esa información en menos de un día ¿Qué pasara si llegan a capturar más? Siendo ese el caso ¿En verdad crees qué ellos quieren el tratado de paz que están tratando de hacer ustedes? Yo veo que se preparan muy bien para apuñalarnos en la espalda.
— Eso es lo que un chiquillo mimado ve, Xavier.
— Por lo menos no cambio de forma pretendiendo ser un chiquillo. Creo que eres la última persona que me tendría que decir eso. Los únicos con la potestad para decirme algo son mi madre y Dustin.
— En tal caso — Viktor estaba muy molesto por el comentario. Sin embargo, lo que dije fue solo la verdad —. Se te bajara de Clase de SS a C, no podrás salir de la ciudad ni tener contacto con Warpers. Esto será hasta que entiendas tu posición en el orden jerárquico.
— Por algo hablo así ¿No crees?
— ¡Largo! — gritó Adelbert totalmente fuera de sí —. No tenemos tiempo para niñerías como esta.
— Claro, sigan jugando a los generales — Xavier se iba retirando de la habitación con la cara en alto —.  Hasta pronto madre, Dustin. 
Travis estaba a un par de metros, hablando con unos físicos cuando se dio cuenta que Xavier había salido de la Central.
— ¿Como te fue?
— De maravilla, sabes que ellos no pueden ganarme al tener la razón. Bueno me voy al Hospital ¿Me vas a acompañar o iras a jugar con piedritas?
— Iré contigo, hay algo de lo que quiero hablar.


Rouse, Capitulo 5: Entrenamiento. Solo aquellos que tienen la fortaleza, se convierten en Rouses. Aunque eso no evita que la vida nos siga tomando por sorpresa. Hay muchas formas de destruir a una persona, siendo la psicológica la más terrible de todas, despojándote del único lugar... donde nadie debería ser capaz de entrar

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